Sueños de muerte

  
En mis sueños profundos te veo morir,
una y otra vez, sobre la sucia cama.
En la soledad infinita, la palidez de tu rostro
revela el momento en que decide ir
fuera de ti tu alma desgarrada.

Un hombre desconocido llegará
al enojo de tu vida para alejarte del actual
(que no es con quien morirás);
te llevará lejos del calor de tus padres.
Hasta que estés perdida, no intentarán buscarte.

Como un demonio, tomará posesión
de tu vida, tu alma y tu existir.
Quedarás seca por dentro, más que ahora
y nunca sabrás lo que es parir
porque aquello está tan cerca de esta hora…

Una enfermedad que no mata
te invadirá igual que la sombra de un asesino;
en ti, crecerá y te infestará como la maleza.
Estarás sola a tu mala suerte y abandonada,
pero no pedirás ayuda por tu soberbia.

Ellos intentarán encontrarte;
vagarán con el sufrimiento en el alma;
pasarán cansados por lluvia y desierto seco.
Las rocas del camino herirán sus plantas
y la sangre de espinos marcará, tras su paso, el suelo.

Cuando al fin encuentren el norte para llegar a ti,
irán tan rápido, con el miedo y la esperanza.
Tristemente, no lograrán llegar a tiempo;
solo encontrarán tu inerte cuerpo;
la muerte se verá en el albor de tu cara.

Todo será el resultado de tus actos,
de tus palabras frías y tus indiferentes maltratos.
Para el Universo no existe excusa alguna:
ni la soledad, ni el abandono, ni la ira profunda,
tampoco tu actuar, aunque sea involuntario.

En mis sueños de la inmensidad te veo morir
como en las imágenes que siempre vienen a mí.
Quizá debería buscarte y hablar de esto
para hacerte cambiar, pero sé que es inútil;
por eso tu muerte, una y otra vez, sigo viendo.
  
Morgan Le Sorcier. 18-03-15