Toma mi alma

  
En el cielo cansado, se abrieron las nubes blancas.
Un rayo de esperanza hirió mi corazón y mi alma.
Sus alas negras se extendieron para dejarme morir
en oscura calma, mientras bajaba, sutilmente, sobre mí.
Su sombra me abrazaba y en lo alto nublaba.

Voy a extender los brazos y derramaré una tormenta
de lágrimas llenas de dolor y macabros sueños,
sobre la absurda realidad de este infértil suelo.
Porque mi mente está convulsionada, insana, enferma
y mi alma corrupta no tiene límites ni consuelo.

En mis sueños despierto, hay sangre, muerte, tormento
y el deseo insano de que poseas mi ser,
mutilando mi cuerpo para ver mi sangre caer.
Siento el letargo ritual, mirando tus ojos negros.
Descubro lo mismo en ti, cuando (por un segundo) despierto.

Lentamente y sin intención, invadí tus sentidos.
Solo con estar cerca tuyo, mi dolor y locura
contaminaron, como un virus, tu esencia y tu juicio.
Cada palabra mía, movió los hilos de tu consciencia inmadura.
Entre espinas te atraparon, mis enredaderas oscuras.

Hasta que un día, por las calles de la ciudad de los muertos,
durante la noche —con la luna como única guía en el cielo—
deambulamos inconscientes de tanta ruina sin benevolencia,
sintiendo el frío en el rostro; tú sostenías mi mano con fuerza
y al final, llegamos al sepulcro de la inocencia.

Ahora, dibuja sobre esta tumba una cruz con mi ser;
a modo profano; toma tu daga y corta mi piel.
Entra en mi alma, mientras tu mente infecto.
Como cuando detienes el tiempo, recorre con lujuria mi cuerpo
y con tus manos, aniquílame, al final del sexo violento.

Mi mente convulsionada, insana y enferma;
te ha herido y condenado a la perdición eterna.
Sueño, una vez más, con el fin y contigo (pero estoy despierto).
Descanso entre tus brazos; hay sangre, tormento.
Y tú me sostienes sin saber que yo… ya estoy muerto.
  
Morgan Le Sorcier. 26-08-18

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