Los perdidos

  
En esta noche,
vengo de nuevo ante ti, Oscuridad Divina,
en tu lenguaje maestro.
Si mis palabras no alcanzan,
tú sabes ver en mi mente.

Soy uno de los que conoce nuestra dolorosa oscuridad.
Uno de los que ve a Theos en sueños, más allá del tiempo.
Soy uno de los que lee lo que subyace en tu esencia,
y entiende las palabras de tu idioma complejo.
Soy el que habla con ellos, los sutiles que nos mandas
y el que ve el mundo y su atardecer violeta.

Vengo ante ti, Oscuridad Divina,
para aceptar todo lo que me has dado:
la felicidad, el dolor, la tristeza, la inteligencia, el instinto, los sueños...
y todo lo que tengas para mí.
Vengo ante ti para aceptar el regalo que me has entregado
y a reclamar lo que, gracias a ti, me pertenece…

Ordeno a todo espíritu, demonio, ser, ente o energía
que se encuentre en este lugar,
que venga conmigo y se someta ante mí,
porque yo soy su luz, su oscuridad.
Yo soy el bien y el mal.
Yo soy la alegría y la tristeza infinita.
Yo soy quien los conoce bien.

Ustedes serán los hijos de la oscuridad de mi alma rota.
Ustedes serán mis sueños e intérpretes de ellos
y harán conmigo la venganza justa, cuando yo se los ordene.
Estarán conmigo día y noche.
Seremos todos y a la vez uno.

Desde este momento, no volverán a acometer
contra ningún alma ni ser vivo de este y en este lugar.
Velarán para que toda alma y ser de este y en este hogar
sea próspero y tenga felicidad
porque el dolor es cosa nuestra;
nosotros sabemos de eso.

Enmendarán el daño que le han provocado
a todos los que han pasado por aquí
y si alguien los envió a provocar desdicha y mal,
les ordeno ir a cobrar justicia
en este momento.

Estas son mis órdenes y se deben cumplir
porque los estoy liberando de su condena
para que vengan conmigo…
  
  
Morgan Le Sorcier. 20-04-21

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